Soy burrito de carga...

Soy burrito de carga
así lo ha querido la vida,
el tiempo me ha puesto tormento,
llevo encima mucho sufrimiento.


Soy burrito de carga y estoy muy maltratado,
llevo cargas que no son mías,
sin embargo sólo los ayudo a llevarlas,
más mis cargas únicamente son desgracias.


¡Qué pesan mis cargas!
¡Si pudiera hacerlas chiquitas!
mi vida sería distinta,
distinta sería la vida.

Soy hijo del abuso
soy hijo del maltrato,
soy hijo de la desgracia,
soy hijo de la falacia.


Lo más triste de este cuento,
es que soy voluntario, pues llevo cargas ajenas,
y como no llevarlas si es mi visión de libertad,
esto lo escogí cuando conocí la verdad.


¿Cómo hago para retroceder el tiempo?
¿Cómo me deshago de este mi tormento?
Soy burrito de carga y mis noches son eternas
traigo conmigo condena, soy vacío y no valgo nada.


Soy burrito de carga y conmigo he de llevar
toda mi vida en soledad,
y esta verdad debo guardar,
no importa lo que ocurra me debo de aguantar.


Los doctores miedo tenían
decían que la de presión y la locura
serían mi guía por siempre en la vida,
más Dios de esto también me protegía.


Aunque loco no soy,
quisiera cometer vesania,
para parar de una vez este dolor,
este que atormenta el alma mía.


Soy burrito de carga
pero ahora debo reaccionar,
tengo que abrir mis ojos,
tengo que encontrar sanidad.


¿Cómo ayudo a otros,
si mi alma en tormento está?
¿Cómo consuelo a otros,
si yo no me logro serenar?


Soy burrito de carga y así me han de llamar,
soy hijo del dolor y lo he de paliar,
detrás de sonrisas y en vez de mi esencia,
me pondré una mascarilla.


Soy burrito de carga
y estoy muy afligido,
si no he llegado al suicidio,
es sólo por mis creencias y mis niños.


Mis hijos no tienen culpa,
de mi cruel y triste fatalidad,
ellos no deben ver por ningún motivo,
jamás a su padre llorar.


No es por debilidad,
sino por la cruel realidad
¿Cómo la habrían de enfrentar?
son muy pequeños en edad.


Seguiré siendo su ejemplo y ellos son mi ternura,
llenan mis amargos días de dulzura,
por ellos y sólo por ellos,

es que no caigo en el desenfreno.

Cesar Rizo