Cada letra retumba en mi vida,
cuantas lagrimas deslizadas por mi cara,
desgracia tras desgracia como en una encrucijada.
La tristeza inunda mi ser,
que es un cementerio de sentimientos
a la espera de mi ataúd eterno.
Viven y mueren mis letras,
pues no tienen vida eterna,
dejaran de existir cuando no queden seres sensible,
como el que lea mis sentimientos escritos,
en el blanco papel del vivir.
No causare más molestias ni tristezas,
solo deseo dejar de existir,
para que el mundo nuevamente sea feliz.
Cada ser de corazón duro,
es un clavo sin retorno para mi ataúd,
¿Y que sentido tiene vivir así?
Sin sentimientos ni comprensiones,
sin alegrías y sin ilusiones,
prefiero terminar mis emociones.
Sin nadie que entienda lo que pasa por mi,
es mejor desahogarme como siempre,
y plasmarlo al escribir.
Cada insensible es una puñalada hacia mi,
que va matando mis deseos de vivir,
minando mis esfuerzos de seguir aquí.
No aprenderán el significado que envuelven mis escritos,
después de encontrar mi cadáver,
no entenderán por que fue así.
Cuantos sentimientos reprimidos,
cuantos mi confianza han traicionado,
y sin pensarlo paso a paso me han asesinado.
No hay duda de que me verán caer,
al portal de los muertos me iré,
mas mis amigos los escritos se quedaran
No necesito llevarlos a una muerte inerte,
dejarlo a los vivos es mas gratificante,
si es que queda alguien con interés en ellos.
Cesar Rizo
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