He vuelto, me dijo la nostalgia, sin pensar, sin que el presente pueda advertirlo y evitar tras huir, tanto huir que me consumió el olvido y de tan lejos que hasta ahora, no me atreví a voltear.
Cuántas ganas de ser hombre tenía cuando era niño, hoy me ocurre lo contrariodes pués de tanto vivido.
Pero ya no me es posible darle la vuelta al camino, tengo que seguir volando lo mismo que un pajarillo.
Preferí dejar todo aquello atrás, entre los demás cachivaches y nostalgias amontoné en el olvido y fueron desapareciendo mi infancia, mi niñez, juegos, mi primer árbol y la huerta esa de los mangos.
Sin pensar y de vuelta en mi puerta, contemplando igual de tétrica y oscura como la dejé y una vez más, inmóvil y castigadora regresa la nostalgia, con veinte años más.
Cuántas ganas de ser hombre tenía siendo un chiquillo, después de mi travesía. . . ¡Cuántas ganas de ser niño!
Cesar Rizo
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