15 de septiembre de 2009

Refexión sobre un vagabundo

Si es verdad, la nostalgia es demasiada
el frío intenso, la soledad marchita
que se ahoga en sus pupilas casi dilatadas,
perdidas en el espacio o en cualquier lugar
al que llame recinto donde se pueda resguardar.

Dolor o caricias nunca es suficiente,
nunca lo será, los días no se detienen
su alma torpe vaga por ciudades desconocidas
y al borde del cataclismo grita.
¡Todo es un efímero sueño!

Las llagas de su memoria corrompen su lenguaje
y por pedir una moneda deja que le humillen,
los que lo miran dicen que es un patético vagabundo
pues no les importa los motivos ni razones de su vagar
solo lo desprecian y humillan cuando lo ven pasar.

Ese vagabundo no pide por gusto
lo hace por necesidad
no pide para comprar drogas o vivir en comodidad
pide para mal comer y si bebe un poco
es para olvidar su amarga y triste realidad.

Por eso les pido amigos que la próxima vez
no vean solo un vagabundo mas
es un humano que alguna vez tuvo vida propia
proyectos e ilusiones por alcanzar
pero que las circunstancias le quisieron arrebatar.


Cesar Rizo

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