De mi jardín un tronco
crece cual bella ilusión
y es ahora con orgullo
que su sombra protege mi corazón.
Pues ya cumple quince años
fue una larga primavera
de ilusiones, sin engaños
esperando a que creciera.
Vigilante y con amor
ese roble planté;
e impaciente, con ardor
con devoción lo cuidé.
Y hoy en día con nostalgia
se que muy pronto al fin
partirá con elegancia
dando sombra a otro jardín.
Aunque me cause tristeza
el ya no tener su fragancia y aroma,
yo le diré con certeza
que su lugar nadie toma.
Que siempre estará ese espacio
justo antes de otros dos,
que fui feliz al cuidarlos
de mi les di lo mejor.
Y junto a los otros dos
cuando no me quede vida
adornen mi derredor
y su aroma y sombra yo reciba.
Con todo mi amor para mi hijo mayor... Daniel...
Cesar Rizo
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